La microeconomía es
el análisis de la actividad económica a partir
del comportamiento individual.
Se trata de un concepto desarrollado en contraposición a la noción de macroeconomía,
que estudia la economía de
un país como
una unidad o una totalidad en la que interactúan múltiples factores.
Cabe destacar que la
economía es una ciencia social que se centra en el análisis de los procesos de
generación, comercialización y consumo de servicios y productos.
Esta disciplina brinda conocimientos que permiten administrar recursos escasos
para la satisfacción de las necesidades (que son infinitas) de las personas.
La macroeconomía, a
partir de variables como el nivel de empleo o la renta nacional, estudia el
monto total de bienes y servicios que se producen en una cierta región. Esta
rama económica, por lo tanto, se utiliza como un instrumento de la gestión política para
la asignación de los recursos que fomenten el desarrollo.
En el caso de la
microeconomía, el foco de interés está en los agentes individuales como
los consumidores, los trabajadores o las compañías. La microeconomía sostiene
que las decisiones individuales se toman en pos del
cumplimiento de determinados objetivos. Los consumidores, por ejemplo, intentan
obtener la mayor satisfacción posible con sus compras y al menor costo posible.
Más exactamente podemos
establecer que varias son las teorías que se utilizan en el seno de la
microeconomía para acometer el desarrollo de sus distintas aplicaciones y sus
correspondientes indicadores.
Entre aquellas estaría,
por ejemplo, la teoría del consumidor gracias a la cual lo que se consigue es,
partiendo de las preferencias individuales de aquel y de los bienes que se le
ofrecen, anticiparse a la elección que el mismo va a llevar a cabo.
Otro de los pilares importantes
de la microeconomía es la teoría del productor, la cual se sustenta en el hecho
de que las empresas a lo que se dedican es a controlar la tarea de producción
para dar lugar a productos que sean eficaces y que les permitan aumentar sus
propios beneficios.
Asimismo tampoco podemos
pasar por alto la conocida teoría de los mercados de activos financieros que
viene a dejar patente que en la actualidad nos encontramos con cuatro
estructuras de mercado que son decisivas en el ámbito de la economía. En concreto,
estas son el monopolio, el oligopolio, la competencia perfecta y la competencia
monopolística.
La teoría del equilibrio
general, la de la elección racional o la de la oferta y la demanda son otras de
las que ejercen como claves fundamentales dentro de la microeconomía.
Se conoce como ley de oferta y demanda a un modelo que explica cómo se establecen los
precios en un mercado libre. La lógica de la oferta señala que, a mayor precio
de un bien, se ofrecerán más unidades. La demanda, en cambio, es mayor cuando
el precio es menor. Si el precio de un producto está demasiado alto, los
consumidores no estarán dispuestos a pagarlo y habrá una tendencia a la caída
del precio para fomentar las ventas. Cuando los precios están muy bajos, en
cambio, los consumidores adquieren más y puede haber escasez de productos (que
se soluciona con una subida de los precios, hasta alcanzar un nuevo punto de equilibrio).
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